Siempre que nace un estado no se sabe muy bien si será para bien o para mal. Si es para mejorar las condiciones de vida de las gentes que habitan en esas tierras que unos señores tuvieron por bien o mal delimitar con unas barreras invisibles llamadas fronteras, entonces los felicito y me alegro mucho por ellos. Pero si por el contrario es para que unos pocos obtengan aún más poder a costa de la sangre y el sufrimiento de muchos, entonces mejor no crearlo, mejor que no existan los estados tal como los conocemos. ¿De que sirve un estado, un país, si deja que sus ciudadanos pasen hambre, sed y necesidades mientras sus líderes se enriquecen, mientras llegan extranjeros y son mejor recibidos y tratados que aquellos que nacieron y vivieron durante generaciones en dichas tierras, que aquellos que han visto a sus ancestros morir que han tenido que servir en unos ejercitos para defender las riquezas de los que ahora les dan la espalda? Si el estado, el pais se preocupa de sus «aborígenes» entonces el estado es útil y tiene una razón de ser, de lo contrario sobran estados, paises y gobiernos.
Mientras escribo estas líneas y desde hace unos preocupantes años, muchas grandes corporaciones se han hecho con las tierras cultivables de Sudán y Etiopía, paradójicamente, paises con grandes carencias alimentarias. Por lo visto los especuladores están desviando sus atenciones hacía la alimentación. Según un informe el 90% de los alimentos están en manos de una decena de grandes corporaciones. Aprovecho, al hilo de esto, para decir que en China ya se están viendo los efectos especulativos de estos señores: la carne ha subido un 56% en los últimos meses.
Muchas empresas se han dedicado a hacer su gran negocio en el tercer mundo, que está creciendo, pero a costa de crear una gran brecha social y económica entre la inmensa población y unos pocos que obtienen algún beneficio de esta sangría. En Sudan del Sur se está construyendo a toda prisa. En su capital: Juba, los chinos y los hindúes están creando sus grandes negocios en este país, y para ello crean infrastructuras anti ecológicas, viviendas inseguras y una gran contaminación del medio ambiente y los alimentos. Todo esto se produce ante la alegría de como ya dije, unos pocos entre los que se cuentan los políticos, líderes tribales, algunos empleados con salarios de miseria (prefieren eso a nada) y las prostitutas. Los que realmente hacen el negocio son los líderes políticos y las grandes empresas extranjeras, El Pueblo, por el contrario, está hipotecando su futuro cercano, muy cercano. Sudán lleva mucho tiempo en guerras sin sentido, es hora de que encuentre un poco de paz y felicidad. Para quien quiera saber más pongo este enlace