Estamos acostumbrados a que desde el corazón de Europa o desde el motor económico de nuestro continente se trate constantemente de intervenir tanto en la economía como en nuestro sistema social, pero siempre en forma de recortes y de ataques contra el modo de vida y la dignidad de las personas. Y para no faltar a la cita de las acusaciones desde Berlín, hace poco nos decían que eramos improductivos, que disfrutamos de más vacaciones que los demás europeos y que trabajamos menos horas, acusaciones sin fundamento y que ya todos sabíamos que respondían a oscuros, mejor dicho a claros intereses de convertirnos en la mano de obra barata de estos países, pues desde ellos y en concreto desde Alemania se promovía la fuga de «cerebros» hacía ese país, pero con unas demandas muy claras como si fuéramos ganado.
Ahora vemos como se ataca a nuestra agricultura ecológica aduciendo que somos el foco de una infección de la bacteria écoli, sin ninguna prueba concluyente. Después de que el gobierno alemán acabes de publicar este mensaje tan alarmista muchos de los productos agrícolas y recalco «ecológicos» han sido retirados del mercado. ¿No os parece muy sospechoso tanto ataque contra todo lo que tratamos de hacer nosotros, El Pueblo, por parte de los políticos de otros países?
La bacteria ha producido la muerte a nueve personas algunas de ellas se avanzada edad y mantiene hospitalizadas a más de 100, habiendo afectado aproximadamente a un millar de ciudadanos. Hubo una película, una obra maestra del séptimo arte, titulada las Uvas de la Ira, dirigida por John Ford y que retrataba la explotación a la que eran sometidas las clases mas perjudicadas por la Gran Depresión de 1929, en este caso podríamos llamar a esta película los Pepinos de la Ira, por tratarse de un complot por acabar con la agricultura ecológica y conseguir el control de la industria agro alimentaria, y acabar con unas protestas en España que podrían «contagiarse», esto sí, a toda Europa.